Eduardo Dominguez vende bolsas en la calle Bodereau, muchas veces lo acompaña su hija Celeste que es una hermosura como mira a su padre con admiración…se ríe de sus chiste y bromas. Es el Piñón fijo de la calle como él mismo nos dice. Esta es una historia camboyana, como tantas que hay en la ciudad de Córdoba.